Los tálpidos varían en tamaño desde los mencionados topos musaraña
que miden en torno a 2.4 cm y pesan menos de 12 g, al desmán almizclado
(Desmana moschata), que llega hasta los 20 cm y 550 g de peso.
El topo excavadores han desarrollado una serie de especializaciones evolutivas para su vida
subterránea. Su cuerpo es fusiforme, más típico de animales acuáticos.
Sus ojos son diminutos y en ocasiones están cubiertos de piel, hecho del
que sirvió Darwin en su teoría de la selección natural alegando que los
topos no necesitan el sentido de la vista en los ambientes subterráneos
y que mantenerla suponía un exceso de energía inútil.
Carecen de pabellón auditivo externo. El topo confía principalmente
en su sentido del tacto y poseen vibrisas en su cara, extremidades y
cola. Su hocico flexible es especialmente sensible.
Las patas del topo son cortas y fuertes, están provistas de fuertes y
grandes uñas que utilizan para escarbar galerías, las cuales pueden
alcanzar hasta 150 m de longitud. Los codos se encuentran desplazados
dorsalmente y rotados, de modo que las palmas de las extremidades
anteriores quedan orientada hacia detrás, potenciando la acción de
excavar. Su piel fina y suave facilita el movimiento por la madriguera,
tanto hacia delante como hacia detrás. En los machos el pene queda
orientado hacia atrás y carecen de escroto.
Los desmanes son acuáticos. Habitan lugares cercanos al agua y se han
especializado en nadar y cazar bajo el agua. Para ello se ayudan de
unas patas palmeadas y de una cola larga y plana. Su piel tiene un pelo
suave y sedoso, lo cual ha fomentado su caza durante años. Son capaces
de cerrar las ventanas de la nariz y oído cuando están nadando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario